Ella me vio en el metro.
Paseó su condenada persona por delante de mi cara, hubo un momento en que coincidimos en la misma estancia, respirando el mismo aire ella y yo. Pensó "canta bien" y también pensó otras cosas. Y puede que nos miráramos, puede que le sonriera desde mi bendita ignorancia, la ignorancia que me ha tenido con vida hasta hoy.
¡Qué curiosa la vida! Tú vives, naciste y aquí estás en mi vida a mi pesar, niña, aquí estás, compartiendo mi aire cuando no soy consciente.
¿Qué más vas a atreverte a compartir conmigo? Vamos a tener una relación muy íntima de forma indirecta... ¿Cómo lo ves? ¿Estás dispuesta a compartir más que el aire?
Ah, pero yo ahora sí soy consciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario